sábado, 22 de febrero de 2014

XI VOLTA A PEU A LA FONT D'EN CARRÒS


EL pasado sábado 15 de febrero estuvimos en la XI VOLTA A PEU A LA FONT D’EN CARRÒS TROFEO SAN VALENTÍN. ¿Quién? ¿Pregunta es esa? Pues Bea, Rubén y yo ¿cómo no? J
La volta a la Font es una carrera que ya casi corremos por tradición, se trata de un circuito medio urbano medio por las huertas de naranjos del pueblo.
 Desde que la corrí por primera vez, hace 3 años, el recorrido ha sido modificado. Después de correrla estuvimos recordando y llegamos a la conclusión de que tenía algo más de encanto antes que se circulaba más por las huertas… pero es que nosotras somos mucho decampo…  ¿qué le vamos a hacer? J
A pesar de todo, sigue siendo una carrera con mucho encanto. El recorrido es muy bonito y el ambiente es inmejorable. Se trata de 2 vueltas a un circuito, sumando un total de 9.400m, eso sí, cuestas no le faltan…
Además la bolsa del corredor fue bastante generosa, como nos tienen acostumbrados, teniendo en cuenta que la inscripción a la carrera cuesta 5€. Este año nos obsequiaron con una camiseta técnica de manga larga de buena calidad, un dulce, unas naranjas y una botella (que por cierto no bebimos y fue lo que menos nos gustó de la carrera) de agua mineral con alto contenido en cafeína (pero lo peor es que más de uno no se dio cuenta de lo que era y pudimos ver a algún niño hidratándose con ella… más de un padre esa noche no dormiría…). Además de un avituallamiento de agua a mitad de carrera y otro de bebida isotónica al final. Pero lo mejor de todo fue la tarta en forma de corazón para las parejas inscritas, detallazo de la organización que le da singularidad a esta carrera, así que Bea y yo nos llevamos una deliciosa tarta de nata y chocolate… J
Salimos a un ritmo alto, entre el tumulto de corredores, completando la primera vuelta de 4km en 21 minutos. La verdad que se me hizo algo dura a mitad de carrera, la fatiga en las piernas del entrenamiento en bici de carretera del día anterior se notaba. Pero la verdad que muy contenta con el resultado, teniendo en cuenta que era la segunda carrera desde la lesión de rodilla, finalmente cruzamos la meta en 50 minutos (a un ritmo medio de 5,20min/km). Y más contenta aún al ver que era capaz de terminar sin molestias.
 

lunes, 10 de febrero de 2014

NO ERES CAPAZ

¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? No eres capaz, no vas a llegar, ¿para qué te molestas si ahí todos los que van son profesionales?, es muy difícil con tan pocas plazas ¿vale la pena esforzarte tanto? Si tú no vales para eso, nunca formarás una frase correcta en inglés, siempre llegas la última en las carreras…
Y en los momentos de debilidad esas frases invaden tu cabeza, la pereza, el ego, todos te hablan a la vez:
-Mira el día que hace, frío, llueve, el cielo está negro ¿para qué salir? ¿para qué entrenar hoy? Si total… no vas a llegar a ningún sitio en esto, ¡quédate en casa!
Y por un momento duda, crees que no eres capaz, que no vale la pena, que hoy no vas a llegar a la cima ¿tal vez otro día? Mañana igual sale el solo y todo es más fácil…
Pero de repente te colocas las zapatillas y el cortavientos y te lanzas a la calle, a enfrentarte a ese pico, a ese objetivo, a intentar dejar atrás esa voz que te dice: no puedes… ¡abandona! déjalo ya… Corres tanto como puedes, intentas dejar atrás esos fantasmas que tanto te ha costado callar, y que vuelven a invadir tu cabeza para que flojees, para que caigas… Sientes el frío que corta tus labios y tu cara, tienes los pies y las manos entumecidas, tus ojos lloran con el aire. El día es oscuro y solo estas rodeada por nueves negras.
 
 
Entonces tropiezas y caes, te das un buen revolcón, bajas a la realidad, a tu realidad. Pero te levantas, porque aquí, como en la vida, caer está permitido pero levantarse es obligatorio. Y entonces te preguntas ¿porqué te refugias en la montaña?
Para mí la montaña es lo más parecido a la vida real… una carrera contra ti mismo, contra el sol que se esconde en el horizonte y te deja sin luz. La misma senda nunca es igual, da igual que hayas pasado mil veces por ese camino, siempre es diferente, la semana pasada puede que hubiese tormenta y un desprendimiento dejara alguna roca en el camino, o por el contrario lavara toda la gravilla y esté limpio y despejado. Y entonces caes, caes 7 veces y te levantas 8, te fijas en la piedra con la que has tropezado, la miras y la estudias, aprendes cómo has de pasar la siguiente vez por el mismo camino sin tropezar…
Llegas a la cima, has vencido, hoy has podido y te sientes orgullosa, has vencido esos miedos y has aprendido algo, te has vuelto a colocar en el camino, el “no puedes” cambia por un “tienes un gran potencial, puedes con todo ¿por qué no?” y llegas a casa con un rayo de luz que te regala la puesta de sol entre las nubes. Ese rayo de esperanza que te recuerda que no eres la misma de ayer y que tampoco hoy serás la misma que mañana.
Nos vemos en los caminos.

miércoles, 5 de febrero de 2014

LESIÓN = OPORTUNIDAD

Estamos acostumbrados, o por lo menos yo lo estaba, a tomarnos las lesiones como algo terrible que  nos sucede en nuestro mejor momento y nos preguntamos continuamente lo mismo “¿por qué a mí?”, nos lamentamos “ahora que estaba corriendo el km en tanto…” “Ahora que empezaba a sentirme bien tengo que para…”.
 
Y así continuamente, en lugar de ver esas lesiones desde otra perspectiva y tomarlas como una oportunidad. Una oportunidad para probar algo que en otras condiciones no haríamos probado, para mejorar en la natación ya que no podemos correr, sacar tiempo para entrenar la bicicleta, o comenzar a practicar algún otro deporte que siempre hemos querido probar.
En mi caso, desde agosto me ha atormentado una lesión de rodilla, inflamación de la cintilla, muy dolorosa, y que al principio llegaba hasta a desesperarme, hasta que decidí darle la vuelta a la tortilla y pasar de preguntarme ¿Por qué a mí? a ¿qué puedo hacer? ¿qué me enseña esta lesión?
Así que el tiempo que antes empleaba en entrenar la carrera lo he dedicado a la piscina, a la BTT y al yoga (algo que no me imaginaba que iba a practicar con asiduidad nunca). De esta forma he tenido la OPORTUNIDAD de bajar mis tiempos en piscina y encontrarme fuerte como para hacer pruebas de BTT de bastantes kilómetros a un ritmo y nivel al que nunca creía que iba a llegar. Y lo más importante de esta lesión ha sido comprender la importancia de la higiene postural a la hora de corer, y tener la OPORTUNIDAD de cambiar esa posición de mi cuerpo y la zancada para bien.
Y por fin, cuando he comprendido esto, y he entendido el aprendizaje que me traía esta lesión he podido empezar a correr, poco a poco, a disfrutar de la carrera a olvidar mi frase de hace unos años de “correr es de cobardes”, a saborear cada zancada.
Así que para mí el sinónimo de LESIÓN es OPORTUNIDAD, y qué cada cual encuentre el sinónimo más apropiado. Eso sí, teniendo en cuenta que los beneficios que obtenemos no van a ser los mismo si nos lo tomamos como una OPORTUNIDAD, o por el contrario, como una DESGRACIA.
¡Nos vemos trotando!
(Gracias Bea ;) )